Conferencias

Hoy ha sido en el Salón de los Tercios de mi querida Hermandad de La Legión, la presentación corrió a cargo del Presidente de la misma, el Coronel Jóse Ignacio Salafranca.

Impartir esta conferencia en un ambiente militar suponía una misión que entrañaba alguna dificultad; sin embargo, por los comentarios que se suscitaron al final de la charla, parece ser  que el objetivo se cumplió con resultado satisfactorio. 

He sido invitado para participar con otra conferencia, seguramente será "Expansión Territorial y Cultural de España en América"


Esta mañana, 5 de diciembre, continuando con mi compromiso de divulgar entre los colectivos más diversos la Historia de España y de su Ejército, he impartido una conferencia sobre los Símbolos Nacionales en el Colegio Menor Ntra. Sra. de Loreto. 

Nunca me había enfrentado con alumnos tan jóvenes, desde la ESO hasta el Bachillerato, siempre eran universitarios o empresarios; pero ha sido un nuevo reto superado, al terminar ha habido un animado y participativo coloquio, las preguntas se sucedían una tras otra, el interés era evidente.

Una vez más, quiero agradecer al Coronel Director del Centro, D. Carlos Coira Torres por su amable invitación y las atenciones recibidas, así como al claustro de profesores por su cordialidad. También quiero poner de manifiesto el formidable comportamiento de los alumnos, me lo han puesto muy sencillo. Ha sido una experiencia positiva que espero repetir.

«Los Tercios españoles y el Milagro de Empel»

El vicepresidente de la Hermandad de Veteranos del Regimiento «Inmemorial del Rey nº 1», a la que me honro en pertenecer por haber servido en su momento en las filas del regimiento, sigue con su cruzada particular, respaldado por todos los miembros de la Hermandad, orientada a resaltar los hechos históricos relevantes de nuestra historia militar y desmontar la maldita Leyenda Negra. En su última comparecencia, Santiago Santos ha hablado de la batalla de Empel, en el centro cultural Antonio Mingote, en la calle Vallehermoso.

En la sala de conferencias dan las 12,50 h del 22 de febrero de 2023 cuando Santos termina su disertación, titulada «Los Tercios españoles y el Milagro de Empel». Ha llegado al final de su brillante exposición y a su espalda se proyecta una diapositiva de la virgen Inmaculada que se halla en el museo del Prado, pintada por Bartolomé Murillo. Bajo la imagen, se indica: «12 de noviembre de 1892. La reina María Cristina proclama a la Inmaculada Concepción Patrona de la Infantería». Para llegar hasta aquí, el ponente ha caldeado el ambiente a lo largo de 45 minutos con los antecedentes de una de las gestas más notables llevadas a cabo por el ejército español. Solo falta rematar la faena para dar paso al coloquio con el público.

Con su verbo fluido y su magisterio cuajado de erudición, Santiago nos ha situado en el siglo XVI y en la guerra de Flandes, la guerra de los Ochenta Años (1568-1648), en la que están inmersos los Países Bajos, que luchan por independizarse de España. Se han rebelado contra Felipe II, rey de Flandes y rey de España, cuyas tropas entran en combate continuamente, luchando por conservar el territorio y preservar la fe católica, amenazada por los calvinistas en Holanda.

El 7 de diciembre de 1585 el Tercio Viejo de Zamora, al mando del maestre de campo Francisco Arias de Bobadilla, conde de Puñonrostro, que cuenta con unos 5.000 soldados, combate en la isla de Bommel, entre los ríos Mosa y Waal, contra el ejército rebelde de los Estados Generales de los Países Bajos, a cuyo mando se sitúa el almirante Felipe de Hohenlohe-Neuenstein, conde de Holak, con una flota de un centenar de barcos y más de 30.000 hombres a su servicio.

El milagro de Empel

Los españoles se encuentran en la isla sitiados y bloqueados por completo por la escuadra enemiga, desesperados por el frío y la falta de víveres, combustible, ropa seca y un lugar donde guarecerse de las duras inclemencias climáticas. No hay escapatoria. Los holandeses tienen la batalla ganada y el almirante rebelde hace llegar a la autoridad de las tropas españolas una propuesta de rendición honrosa. La respuesta de los nuestros es tajante: “Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos”.

Ante tal postura, Hohenlohe-Neuenstein recurre a un método harto utilizado en el conflicto: abrir los diques de los ríos para inundar el campamento enemigo. Pronto no queda más tierra firme que el montecillo de Empel, donde se refugian los militares del Tercio. El maestre de campo ordena preparar la defensa y un soldado que está cavando una trinchera tropieza con un objeto de madera enterrado. Es una tabla flamenca con la imagen de la Virgen María pintada en vivos colores. Anuncia el hallazgo, colocan la imagen en un altar improvisado y Bobadilla, que considera el hecho una señal divina, lleva a cabo una procesión con la Inmaculada Concepción, instando a sus soldados a luchar encomendándose a la virgen. La estampa está magníficamente representada en la obra del insigne pintor de batallas Ferrer-Dalmau.

Comienza el «Milagro de Empel» esa misma noche del 7 de diciembre, cuando se desata un viento intensamente frío que congela las aguas del río Mosa dejando accesible a pie el islote en que se hallan las tropas españolas, que lejos de huir ante la superioridad numérica del enemigo marchan sobre el hielo y, al mando de Bobadilla y el capitán Cristóbal Lechuga, al amanecer del día 8, atacan por sorpresa a la escuadra holandesa. Y lo hacen con tal bravura que consiguen una victoria aplastante. Hasta el punto que el almirante Hohenlohe-Neuenstein se vio obligado a reconocer: «Tal parece que Dios es español al obrar tan grande milagro». Aquel mismo día, entre vítores y aclamaciones, la Inmaculada Concepción fue proclamada patrona de los Tercios de Flandes e Italia.

Contexto histórico

Santiago Santos ha contado el hecho principal, pero también los antecedentes que ayudan a entender mejor el contexto histórico en el que se produce. Comienza su ponencia señalando sobre un mapa los territorios controlados en Europa por la Corona española en 1516 y el origen de los Tercios españoles en la época de los Reyes Católicos, en 1503. Carlos I crearía en 1534 el Tercio Viejo de Lombardía, Nápoles y Sicilia, y en 1536 el Tercio Viejo de Cerdeña y el de Galeras. De los Tercios se decía que estaban formados por «soldados profesionales, voluntarios, hombres de honor, leales al rey, unidos por el catolicismo y algo pendencieros”.

Santos ha explicado desde la Cruz de Borgoña a las banderas de los Tercios entre 1517 y 1693, incluyendo la fundación del Tercio de Extranjeros en 1920, pasando por la organización del Tercio y de las compañías, la clasificación de los soldados, su equipamiento militar (arcabuces y mosquetes; bayonetas, dagas y espadas; picas y alabardas), hasta la formación en combate. Y se ha detenido en señalar el mosaico del capellán mayor Pare Pere, expuesto en una capilla en Denia, y de la frase que iluminaba a los soldados de los Tercios: «España, mi natura; Italia, mi ventura; Flandes, mi sepultura». Al respecto, ha señalado la frase del cardenal Richelieu: «Los españoles aspiran al dominio universal. Los únicos obstáculos que han encontrado hasta ahora son la distancia y su escasez de gente». A lo que el ponente ha añadido: «Y de dinero».

Ha señalado, asimismo, los gobernadores de Países Bajos que hubo entre 1506 y 1648, cuando «estalla» la Paz de Westfalia en 1648 y España reconoce la independencia de la República de Holanda: María de Austria, Felipe II, Margarita de Parma, el Duque de Alba, Luis de Requeséns, don Juan de Austria, Alejandro de Farnesio –apodado el «Rayo de la guerra»– e Isabel Clara Eugenia. Y los escritores que militaron en los Tercios: Garcilaso de la Vega, Miguel de Cervantes, Lope de Vega y Calderón de la Barca. Al respecto, especula Santiago Santos, parece ser que Calderón estuvo por allí, por el detallado relato que hizo y le sirvió a Velázquez para pintar «La rendición de Breda» con tanta exactitud.

El camino español

El camino español a Flandes entre 1567 y 1638, atravesando el Mediterráneo hasta Génova para seguir por Centroeuropa hasta Bruselas, era un auténtico calvario para las tropas que debían controlar aquel territorio, pudiendo tardar entre dos y tres meses en llegar, a un ritmo de 23 km diarios. La expedición más numerosa fue la del Duque de Alba con 10000 soldados y toda la impedimenta de pertrechos, caballos, armamento y alimentos. «El coste de mantener los Tercios era elevadísimo», según Santos.

Otras batallas importantes de la época, como la de Empel, también han sido protagonistas en la disertación del vicepresidente, empezando por la de Pavía en 1525; Mülhberg, 1547; San Quintín, 1557; Nördlingen, 1634; Gravelinas, 1558; Gembloux, 1578; el sitio de Amberes, 1584-1585; y Rocroi, 1643.

Para terminar, Santos ha reseñado que el 12 de noviembre de 1892, a solicitud del Inspector del Arma de Infantería del Ejército de Tierra de España, por Real Orden de la Reina Regente doña María Cristina de Habsburgo, se proclama a la Inmaculada Concepción «Patrona de la Infantería», celebrándose desde entonces esta fiesta el día 8 de diciembre.

Solo me restar concluir que si los protagonistas de esta gesta heroica, relatada y defendida ahora por Santiago Santos, en vez de españoles hubieran sido americanos o ingleses, todo el mundo conocería los hechos y esta parte de la historia habría sido inmortalizada para la gran pantalla por genios del celuloide como Scorsese, Coppola, Clint Eastwood o el mismísimo Spielberg.

Primitivo Fajardo (22-02-2023)

«ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LOS SÍMBOLOS NACIONALES»

Escudos y banderas de Santiago Santos

Una vez más el vicepresidente de la Hermandad de Veteranos del Regimiento «Inmemorial del Rey» nº 1, Santiago Santos Sánchez, siempre trajeado con el brillante ropaje de la erudición y dispuesto a poner su granito de arena en aras del resplandecimiento de nuestra historia, ofreció su magisterio a quienes asistieron este 22 de marzo a una interesantísima conferencia titulada «Origen y evolución de los símbolos nacionales», dictada en el centro cultural «Antonio Mingote», cuyo coordinador, Juan Blasco, presentó al orador resaltando sus virtudes doctorales. Entre los asistentes al acto se encontraban caras conocidas de la Hermandad, como el secretario Gerardo Hernández y el tesorero Ricardo Daura.

Al igual que Plinio el Viejo descubría la verdad bebiendo vino, Santiago Santos nos descubre la historia libando en las raíces de la propia historia, lo que no es tarea fácil y requiere gran esfuerzo y mayor ánimo ante la inmensidad del orbe al que el autor se enfrenta y pretende abarcar. Tampoco consuela considerar concluida la investigación, por mucho oficio que se tenga, como es el caso del vicepresidente, porque siempre queda la sensación de que algo nos podemos haber dejado en el camino.

Con su ponderado carisma y la experiencia de haber sido profesor y director de programas en la Escuela de Organización Industrial (EOI), Santiago Santos hizo un presentación pormenorizada de los tres símbolos oficiales que en la actualidad distinguen a la Nación –y a cualquier nación–: el escudo, la bandera y el himno. En determinar su origen y desarrollo a lo largo de la historia se entretuvo el vicepresidente de los veteranos del Inmemorial ante una parroquia atenta, primero, y sorprendida, después, por lo que ignoraba y acababa de descubrir de nuestros símbolos gracias a los conocimientos y la locuacidad del ponente. Como respuesta al estímulo y en agradecimiento a la documentada doctrina vertida en su disertación, la concurrencia se mostró participativa y animó el coloquio posterior.

En un mundo en el que los ciudadanos nos conformamos simplemente con vivir, lo que no es moco de pavo ni pecata minuta tal como están las cosas, y apenas prestamos atención a lo que nos rodea, ni miramos el orto ni las estrellas ni sabemos en qué fase de la luna estamos, es de agradecer que la transmisión de conocimientos de Santos nos abra la puerta a «aprender los nombres de las cuatro cosas que pudieran aún cabernos en la cabeza», en palabras de mi admirado don Camilo.

EL ESCUDO

Remontándose a la prehistoria, el conferenciante comenzó hablando del primer símbolo de mando: el palo del jefe de la tribu, representado en la era moderna por el bastón de mando de la autoridad correspondiente, ya sea el Rey, el Papa, los obispos, el mando militar, el alcalde, etc. «Nos agrupamos bajo símbolos que nos identifiquen como grupo», dijo Santos.

Centró su atención primero en el escudo, cuyo origen es el sujeto al brazo para usarlo como arma defensiva. De ahí que en la actualidad se conozca como escudo de armas, o también heráldico porque en él se contiene la información relativa a la historia de su titular, ya sea persona, familia, organización, el Estado, etc.

El más antiguo en nuestros predios es el de Asturias, con la Cruz de la Victoria, portado por Don Pelayo en la Batalla de Covadonga en el año 722, y el original el de Fernando III el Santo, que se inventó el dividirlo en cuarteles para albergar los símbolos de la Castilla de Alfonso VIII y el León de García I. En desgranar los de Galicia de Ordoño II, el reino de Navarra de Sancho VI, la corona de Aragón de Alfonso II y las sucesivas variaciones registradas se entretuvo Santos, quien afirmó que «Cataluña, por mucho que se empeñen los catalanes, nunca fue un reino sino un principado».

En el escudo de Fernando II de Aragón, en 1461, ya aparece el águila de sable, que en poco más de una década, con Isabel I de Castilla, tomaría relevancia para acabar por transformarse en el Águila de San Juan, que apareció por primera vez en el escudo de los Reyes Católicos, en 1475, siendo a finales de ese siglo XV cuando los propios Reyes incorporarían el yugo y las flechas, el lema «Tanto monta» y una granada, rajada de gules y dos hojas de sinople. «Para que luego digan algunos indocumentados que este escudo es franquista», afirmó Santiago Santos con sorna. Y añadió: «Lo único que hizo Franco fue recuperar el escudo de los Reyes Católicos». En 1494, el escudo del Águila de San Juan presidiría la firma del Tratado de Tordesillas, es decir, las capitulaciones entre los Reyes Católicos y el Rey Juan II de Portugal por el que ambos reinos se repartieron amistosamente el mundo entonces conocido.

De Carlos I a Juan Carlos I

A partir de aquí Santiago Santos comentó los sucesivos escudos reales y sus características, las añadiduras y particularidades que cada rey marcó para el símbolo sagrado de su representación. Entre otras cosas, por ejemplo, Carlos I incluyó las columnas de Hércules con la leyenda «Plus Ultra» y el águila bicéfala. Felipe II, Carlos II, Felipe V, Carlos III y José Bonaparte fueron reyes que modelaron el escudo. Este último lo dividiría en seis cuarteles, uno de ellos el de las Indias, con dos esferas terrestre y las columnas de Hércules, además del águila de los Bonaparte en oro y la Legión de Honor.

En esta evolución también colaboraría el gobierno provisional de 1868, cuando el general Serrano sustituyó la coronal real por una corona mural. Un cambio que realizó a la inversa Amadeo de Saboya en 1870 para dejarlo como estaba, siendo durante el año que duró la I República que se cambió de nuevo, pero esta vez una corona floral desplazó a la mural.

Alfonso XII restablecería el escudo dinástico de los Borbones, Alfonso XIII añadió la cruz de Borgoña y el collar de la orden de Carlos III y Alcalá Zamora, durante la II República, repuso el escudo de 1869 pero cercenando la corona del león. Con la llegada de Franco al poder regresó el blasón de los Reyes Católicos, pero la leyenda «Tanto monta» fue sustituida por la más sui generis «Una, grande y libre». En la época de la Transición se mantuvo el águila de San Juan y con la llegada de Juan Carlos I se reconfiguró el escudo en 1981, que es el que rige actualmente.

LA BANDERA

Santiago Santos abordó a continuación lo concerniente a la Vexilología, el estudio de las banderas, comenzando por la inscripción de los estandartes romanos SPQR (Senatus Populusque Romanus) y los indefinidos que lucían los soldados hispanos en el siglo XI. El estandarte de los Reyes Católicos en el siglo XV mostraba el escudo de la corona sobre fondo blanco, y Juana I de Castilla y Felipe el Hermoso exhibieron sobre blanco la roja Cruz de San Andrés en forma de aspa. Ambas pasaron a ser en el ejército las banderas coronela y batallona, respectivamente.

Fue Carlos III quien en 1785 aportó un cambio necesario para que la bandera pudiera verse a distancia en los buques de la Armada, pues no solo el blanco pasaba desapercibido en el horizonte marino sino que las banderas de media Europa eran muy parecidas y se producían confusiones en medio del mar y más aún en el fragor de las batallas. Así forjó un pabellón fácilmente identificable con tres bandas, dos en rojo y una central doble en amarillo, conocida como la «Rojigualda», que es el antecedente de la actual bandera española y fue utilizada por primera vez veinte años después en la Guerra de la Independencia, aunque no fue impuesta como bandera nacional hasta 1843, bajo el reinado de Isabel II, para sustituir a la «enseña del león» implantada durante el Trienio liberal.

El estandarte, usado por los cuerpos montados, como ingeniero, artilleros y caballería; la escarapela, nacida después de la revolución francesa y que se utiliza hoy, como la cruz de San Andrés, para identificar las aeronaves del Ejército del Aire y del Espacio; la bandera de proa de la Armada; el cambio de una de las franjas rojas en la II República y el restablecimiento de la rojigualda por la Junta de Defensa Nacional en 1936, además de las distintas banderas y escudos de las comunidades autónomas fueron cuestiones analizados por el ponente, que enseguida abordó el tercer elemento identificador de la nación.

EL HIMNO

Su antecedente es la conocida «Marcha Granadera», que se remonta a la época de Carlos V y Felipe II, cuando los toques de pífanos y tambores animaban la marcha de la infantería española. Fue adoptada como himno nacional por Carlos III en 1770 con el nombre de «Marcha de Honor», que el pueblo acuñó como «Marcha Real». Desde entonces ha sido el himno de España, exceptuando los periodos del Trienio liberal (1820-1823), la I República (1873-1874) y la II República (1931-1939), cuando se usó como himno nacional el Himno de Riego que cantó la columna del teniente coronel Rafael del Riego tras la insurrección contra el rey Fernando VII, en 1820. Finalmente, recuperó su entidad oficial en 1937 durante la guerra civil en la zona sublevada y quedó restablecido tras el final de la contienda, en 1942.

El himno nacional no posee letra oficial, pero hubo varios intentos de incorporarla y algunos autores escribieron versos para tal fin, como Ventura de la Vega, en 1843, Eduardo Marquina, en 1927, y José María Pemán quien, por encargo del general Primo de Rivera, compuso la letra del himno nacional en 1928. En los años 90 hubo nuevos escritores y poetas que escribieron sus letras y en la segunda década de este siglo XXI lo intentaron otros autores, siendo destacadas las aportaciones escritas y cantadas por artistas famosos como Joaquín Sabina o Marta Sánchez.

El caso es que todos los intentos de ponerle la letra a nuestro himno nacional han sido infructuosos porque el asunto causa siempre tensión política y no existe el consenso necesario para sacar adelante tema tan importante. Lamentablemente, España es una de las únicas tres naciones del mundo cuyo himno nacional no tiene letra.

Primitivo Fajardo (24-03-2023)

«LA EXPANSIÓN TERRITORIAL Y CULTURAL DE ESPAÑA EN AMÉRICA», NUEVA CONFERENCIA DE SANTIAGO SANTOS

 Este 8 de febrero, el vicepresidente de la Hermandad de Veteranos del Regimiento de Infantería «Inmemorial del Rey» nº 1, Santiago Santos Sánchez, ha desplegado de nuevo los archiperres de docto ponente en el Centro Municipal Antonio Mingote para amenizar con su personal verbo al medio centenar de asistentes que ha aplaudido la conferencia sobre «La expansión territorial y cultural de España en América», réplica de la que ya dictó el pasado mes de noviembre en otro ámbito cultural.

La amenidad y el atractivo del relato histórico que hace Santos de la aventura española en América, salpicado con la proyección de imágenes relativas al tema, estriba en la sencillez de la exposición de los datos tal y como fueron recopilados y refutados en el pasado. Santiago se limita a resumirlos y enumerarlos huyendo del adoctrinamiento y la conjetura. Relata los hechos y deja que cada cual saque sus propias conclusiones, lo que hace que se corra la voz y cada vez sea más numeroso el público que acude a escucharle en estas sesiones cuya duración fija el autor en 45 minutos. Tiempo más que suficiente para desmontar de manera contundente y didáctica la Leyenda Negra con pruebas fehacientes. 

La Leyenda Negra

Mientras la moda progre ha procurado siempre alimentarla con opiniones ideológicas, suposiciones inverosímiles y falsedades históricas de autoinculpación, propiciadas por los enemigos de antaño y los de hogaño, Santos pone los puntos sobre las íes relatando esquemáticamente los hitos más importantes que jalonan la historia del Ejército español allende los mares a partir de los Reyes Católicos y el descubrimiento de América por Cristóbal Colón. Tres siglos de presencia de España en América. En paralelo sitúa frente al espejo a los culpables de originarla, la Pérfida Albión, capaz de manipular la historia a beneficio de inventario para escurrir el bulto y ocultar al mundo sus propios fracasos. Y con ello, el autor despeja las dudas de los más incrédulos. Elocuente, certero y breve, cualidades del buen orador.

Desde el reinado de Carlos I, impulsor de las grandes gestas del siglo XVI como la primera vuelta al mundo de Elcano, a las batallas y las hazañas de algunos héroes como Hernán Cortés, Blas de Lezo o Bernardo de Gálvez, pasando por la vida de la india Malinche, los virreinatos, la flota de Indias, el galeón de Manila, la red de presidios y el legado español en Estados Unidos, Santos repasó el camino recorrido, tanto territorial como culturalmente, pues es notable la aportación de la metrópolis a las colonias en cuanto a la formación de las tribus mediante la fundación de universidades e imprentas y el respeto a los indígenas propugnado por las Leyes de Burgos y los Reyes Católicos, que abolieron la esclavitud y consideraron a los indios súbditos españoles, hombres libres y legítimos dueños de sus casas y sus haciendas.

Por ello, me permito aconsejar a quienes lean esto que no se pierdan la próxima incursión histórica de Santiago Santos. No se arrepentirán.

Primitivo Fajardo (08-02-2023) 

El pasado día 14 de diciembre, nuestro vicepresidente Santiago Santos, impartio esta conferencia en el Centro de Mayores de Chamberí. Asistierón un nutrido grupo de asistentes que felicitarón al ponente al termino de la misma, pidiendole que les gustaría que estas actividades tuvieran continuidad.


Conferencia del vicepresidente Santiago Santos: «La expansión territorial y cultural de España en América»

El viernes 18 de noviembre, el vicepresidente de la Hermandad de Veteranos del Regimiento de Infantería «Inmemorial del Rey» nº 1, Santiago Santos Sánchez, se echó de nuevo al monte con el megáfono al hombro para dictar una conferencia magistral sobre «La expansión territorial y cultural de España en América», pronunciada en el Centro Cultural de Santa Engracia 118.

El público asistente y los miembros de la Hermandad allí presentes conocieron de la mano del ponente los hitos más importantes que jalonan la historia del Ejército español allende los mares a partir del descubrimiento de América. En su amena charla, Santos, apoyado en la proyección de imágenes relativas a su discurso, desmontó de manera breve pero contundente la Leyenda Negra, cuyo pecado original culpa a los Reyes Católicos y a Cristóbal Colón.

Bajo el reinado de Carlos I (1516-1558) España se expandió como la espuma por el nuevo continente. Fue el rey que impulsó las grandes gestas del siglo XVI: la primera vuelta al mundo con Elcano, la conquista de México y el Virreinato de Nueva España con Hernán Cortés, el de Perú con Pizarro, el de Nueva Galicia con Nuño de Guzmán, el nuevo reino de Granada con Gonzalo de Quesada, Santiago de Chile con Pedro de Valdivia, el río Amazonas con Orellana, el gran cañón con López de Cárdenas, etc.

Hazañas de nuestros héroes

Santos habló del personaje de la india Malinche, de moda ahora por el musical de Nacho Cano, y se detuvo en detallar las hazañas de algunos de nuestros héroes, como Hernán Cortés, Blas de Lezo o Bernardo de Gálvez, señalando algunos hechos épicos en los que intervinieron los soldados españoles, como las batallas de Cartagena de Indias o Pensacola.

La actividad de los virreinatos, la flota de Indias, el galeón de Manila, la red de presidios (fortificaciones) y el legado español en Estados Unidos fueron otros temas abordados por el vicepresidente de la Hermandad, que relató capítulos relevantes como el testamento de Isabel la Católica en defensa de los indios, o las Leyes de Burgos, de Fernando el Católico, equiparándolos a súbditos españoles en derechos y aboliendo la esclavitud: «Los indios son hombres libres y legítimos dueños de sus casas y sus haciendas». Santos afirmó que «en un solo siglo los españoles fundamos 700 ciudades en América. De hecho, 7 de las 20 mayores de los Estados Unidos fueron fundadas por españoles».

Abordó seguidamente la expansión cultural, cuya expresión más viva es la fundación de las universidades en Santo Domingo, Lima, Cuzco, Quito, México, Bogotá, Mérida, Córdoba, Sucre, Santiago, etc., hasta 26, y las 16 imprentas que en distintos países sirvieron para promover la cultura entre los indígenas gracias a los libros. «Juan de Sessa, a pesar de ser negro, fue catedrático de Gramática y Lengua Latina en la Universidad de Granada en 1556», dijo Santiago Santos, que para concluir mencionó como anécdota el origen del Dólar, basado en el Real de a Ocho español, que se convirtió en la moneda oficial en 1785. Ambas monedas de curso legal circularon juntas hasta 1857.

Primitivo Fajardo Berruga

EJÉRCITO Y EMPRESA

Aportaciones del ejército al mundo empresarial

En su enésima conferencia dedicada a resaltar la historia del Ejército y sus aportaciones a la propia historia de España, el vicepresidente de la Hermandad de Veteranos del Regimiento de Infantería «Inmemorial del Rey» nº 1, Santiago Santos Sánchez, tiró de experiencia profesional propia, de sus conocimientos como profesor y director de programas en la Escuela de Organización Industrial (EOI) y de su paso por el Instituto de Historia y Cultura Militar (IHCM).

Entre los asistentes a la entretenida charla se encontraban caras conocidas de la Hermandad de Veteranos, como el presidente Enrique Botella, Francisco Souto, Manuel Retama, Pedro Trevilla, Domingo Carnicero y Gerardo Hernández, que por la mañana estuvieron en la Plaza de Colón perfectamente uniformados para dar categoría a la ceremonia de izado de la bandera nacional, cuya rendición de honores correspondió en esta ocasión precisamente al Regimiento «Inmemorial del Rey» nº 1, de guarnición en el Cuartel General del Ejército.

Los militares y las grandes obras

Santiago Santos puso su acerado verbo y sus anchurosos conocimientos al servicio de los asistentes a la con- ferencia, que empezó con una frase de Alexander Herzen: «Sólo la naturaleza hace grandes obras sin esperar recompensa alguna», que Santos rectificó al alza y arrimando el ascua a su sardina: «Sólo la naturaleza… y los militares...», dijo. Y añadió que los militares tienen una peculiaridad: «no saben vender lo que hacen bien. Bastante ocupados están con lo que hacen como para encima tener que contarlo. Para eso ya estamos los demás».


Sobre fotos del acueducto de Segovia, una calzada y un puente romanos, preguntaba el ponente a la audiencia: «¿Es arriesgado pensar que han sido los militares los que hacían estas grandes obras?». «¿Cuánto tiempo tardaron en hacerlas, con qué medios?».

Al hablar de la formación se remontó al precedente de la enseñanza militar en España, el «contino» –continuador–, «segundones de las familias nobles que pasaban como donceles al servicio del rey». Alfonso XI de Castilla creó en 1340 la «Compañía de los Cien Donceles».                          Los Reyes Católicos llevaron a cabo una verdadera reorganización del ejército con las ordenanzas de 1503, de forma que el ejército pasó a ser dependiente del rey y no como hasta entonces que dependía de los señores feudales.

Antecedentes de las academias militares

La Academia del Ejército de los Países Bajos es el precedente de la Academia General Militar, a cuyo frente estuvo como primer director en 1675 Sebastián Fernández de Medrano. Alumno destacado de esta academia fue Jorge Próspero de Verboom, que fundó en 1711 el Real Cuerpo de Ingenieros, en el año 1720, creó la Real y Militar Academia de Matemáticas de Barcelona, uno de los centros docentes más importantes del panorama científico, técnico y militar. en una época en la que las cátedras de ciencias brillaban por su ausencia en las universidades.

Habló también de la Academia de Guardiamarinas de Cádiz, creada en 1717 por el Secretario de Estado de Marina José Patiño y Rosales, que se ocupó de la reconstrucción de la Flota de Indias. La Academia de Ma- temáticas de Madrid fue creada por Pedro Padilla en el cuartel del Conde Duque en 1750, y la dotó de una magnífica biblioteca y un observatorio astronómico.

El Real Colegio de Artillería de Segovia lo fundó en 1764 el militar, arquitecto y arqueólogo Félix Gazola. Está considera hoy como la academia militar en activo más antigua del mundo. Habló de Louis Proust, un químico que en el Colegio de Artillería dejó constancia de sus aciertos con una frase: «He conseguido, después de un duro trabajo, perseverancia y coraje, levantar el más maravilloso laboratorio conocido en cualquier parte de Europa».                   Otro personaje extraordinario del Real Colegio de Artillería fue Tomás Morla Pacheco, el número uno de la primera promoción de la academia. El irlandés Alejandro O’Reilly fundó en 1774 la Real Academia de Ávila «para perfeccionar la formación de los oficiales del Ejército». El coronel Mariano Gil de Bernabé estableció en Cádiz, en el 1809 la Academia Militar del Cuarto Ejército.

En 1910, Joaquín Blake y Joyes creó el Cuerpo de Estado Mayor y el «Depósito de la Guerra» para recopilar y conservar documentación histórica y topográfica, el precedente del Instituto de Historia y Cultura Militar, y en el año 1842 la Escuela Especial de Estado Mayor. «Esto es el doctorado del Ejército», dijo Santos. Es en el 1837 cuando se organizó la Escuela de Administración Militar, que en 1875 se trasladó a Ávila y en 1911 creó la intendencia e intervención.

En 1824 se creó el Colegio General Militar, dividido en secciones: Infantería, Caballería, Artillería e Ingenieros, cuyo director fue el teniente general Francisco Javier Venegas. Y en 1842, el Colegio General de todas las Armas, siendo su director el conde de Clonard.

El año 1850 se creó el Colegio de Infantería de Toledo, transformado en 1875 en la Academia de Infantería, que tras sucesivas reformas y cambios de nomenclatura acabó recuperando en 1944 su nombre original. En 1852 se fundó el Colegio Militar de Caballería en Alcalá de Henares, a propuesta del teniente general Ricardo Shelly Comenfoso, que después cambiaría su sede a Valladolid con el título de Academia de Caballería.

Por real decreto de 28 de julio de 1943 se creó la Academia General del Aire, con la misión formar a los futuros oficiales profesionales del Ejército del Aire.

Santos señaló las escuelas clásicas de administración de empresas, desde la de Administración Científica de Taylor y Fayol en 1911 y 1916, a la de Dirección por Valores de Salvador García y Simón Dólar, de 1977, pasando por las de Relaciones Humanas de Elton Mayo y McGregor, de Teoría Motivacional de A. Maslow, de Dirección por Objetivos de P. Drucker, de Gestión Estratégica de Igor Ansoff y de Desarrollo Organizacional de Kurt Lewin y Edgar Schein.

¿Qué es la estrategia?

Entró el ponente la etimología del término estrategia, procedente de los términos griegos «stratos» (ejército) y «agein» (conductor), «el que conduce el ejército», que viene a significar el arte de dirigir las operaciones militares. Como uno de los grandes estrategas españoles, recordó al Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba, que revolucionó el arte de la guerra. De otro militar dio cuenta el vicepresidente: el pensador, periodista y escritor Francisco Villamartín, que en el año 1862 escribió el libro «Nociones del Arte Militar».

Basada en la estrategia militar, señaló el ponente la llegada de la gestión estratégica al mundo de la empresa en 1944: «Desarrollar la visión, la misión y los valores de la empresa, fijar los objetivos, diseñar los planes de acción adecuados, asignar los recursos necesarios, evaluar el desarrollo y ejecutar los ajustes precisos». Señaló Santos algunos tratados de estrategia empresarial editados el siglo pasado, los de autores como J. V. Neumann y O. Morgensterm, A. Chandler, I. Ansoff, el general Wood, M. Porter, H. Mintzberg, P. Drucker y K. Ohmae.

«¿Y en cuanto a recursos humanos, qué ha pasado con el ejército?», se preguntó Santos. Y resaltó la figura de Jaime de Guzmán-Dávalos, Marqués de la Mina, que en el año 1761 fundo el primer Montepío de España.

En 1585, Felipe II fundó en Madrid los colegios para huérfanos el de Nuestra Señora de Loreto, y diez años después el colegio de Santa Isabel», afirmó Santiago Santos. Felipe V también creó en 1711 en Zaragoza el real colegio de niñas huérfanas, y en 1713 el real refugio de Valencia. Otros colegios similares fueron fundados posteriormente.

Al hablar de algunos ingenieros y artilleros destaca- dos por sus aportaciones al sector industrial, se fijó en Jerónimo de Ayanz y Beaumont, pintor y músico, administrador general de las minas del reino. In- ventó un sistema de desagüe para elevar el agua de las minas al tiempo que las enfriaba haciéndolas pasar por hielo y registró la primera patente de una máquina de vapor moderna.

Agustín de Betancourt fue fundador en 1802 de la Escuela de Ingenieros de Caminos y su primer director. El político, académico, científico e ingeniero de minas Francisco de Luxán fue miembro fundador de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Natura- les, diputado en Cortes y ministro de Fomento y de Gobernación.

Francisco Elorza y Aguirre fue director de la fábrica de armas de Trubia, dotada de los mejores medios de producción de España. En 1844 comenzó a impartir clases teóricas y en 1850 inició su funcionamiento, siendo la primera escuela de formación profesional del mundo. Otro personaje desconocido es Isidro Cabanyes y Olcinellas, uno de los pioneros en el alumbrado eléctrico de Madrid, inventor del «motor aéreo solar».

Santos señaló que José Marvá y Mayer, fundó el Laboratorio de Ingenieros del Ejército en 1897, fue director de una sección del Instituto de Reformas Sociales y creador del Cuerpo de Inspección de Trabajo. Entre 1921 y 1934 fue el presidente del Instituto Nacional de Previsión.

Julio Cervera Baviera colaboró con Marconi en 1899 para resolver las dificultades de la telefonía sin hilos y obtuvo sus primeras patentes. En 1902 constituyó la Sociedad Anónima Española de Telegrafía y Telefonía sin Hilos, precedente de la Telefónica. Francisco García Oltra escribió en 1889 «Los progresos de la navegación aérea», diseñó el «dirigible-aeroplano» y publicó la «Teoría de la sustentación y propulsión de los aeroplanos», textos que se estudiaron en las academias de Saint Cyr y West Point.


Logística militar

Santos acometió la parte final de su disertación, relativa a la logística militar que, según él, es:                                         

«El arte de avituallar, transportar y proporcionar vivaque a la tropa en campaña».                                       

Con citas de grandes logísticos como Sun-Tzu, el barón Jomini, Eisenhower y W. Pagonis, despidió Santiago Santos su conferencia, haciendo alusión a un español, José Ignacio López de Arriortúa, «Súperlópez».

En resumen, Santiago Santos dio un repaso a lo que los militares han venido haciendo con discreción y eficacia desde tiempo inmemorial, lo que ha supuesto una gran contribución al desarrollo tecnológico, científico y cultural, no solo a la empresa, sino también a la sociedad en general.

Primitivo Fajardo (23-04-2023)

Conferencia sobre la historia del Inmemorial

El martes 15 de noviembre, el vicepresidente de la Hermandad de Veteranos del Regimiento de Infantería «Inmemorial del Rey» Nº 1, Santiago Santos Sánchez, pronunció en el Centro Cultural de los Ejércitos una conferencia titulada: «RINF “Inmemorial del Rey” Nº 1. Desde sus orígenes hasta nuestros días», a la que asistió un nutrido grupo de personas, entre los que destacaban conocidos miembros de nuestra hermandad.

En el espléndido y alargado salón de actos, flanqueado por puertas y ventanas acristaladas de estilo «Art-decó», el acto fue presentado por el vocal de cultura del Casino militar, el coronel Juan Carlos Aneiros Gallardo, miembro a la vez de la junta directiva de la hermandad. Seguidamente, el presidente de la misma, el general de brigada Juan Bosco Valentín-Gamazo de Cárdenas, académico de número de la Academia de las Ciencias y las Artes Militares, presentó al ponente, director de programas EOI, y glosó su denso currículo laboral, destacando su faceta de conferenciante y, en una última etapa, su empeño en poner en marcha la hermandad, de la que fue el primer presidente.

Nuestro colectivo, que agrupa a militares de carrera ya retirados y civiles que fueron soldados vinculados al Regimiento, cumple un lustro este próximo 27 de noviembre, desde su fundación en 2017, y cuenta ya con 113 miembros. Con tal motivo, el lunes 28, a las 13 h, se celebrará una misa en la iglesia de Santiago y un almuerzo posterior en la residencia Infante Don Juan.

Desde su origen hasta nuestros días

Santiago Santos inició su charla sobre la historia del Regimiento señalando los hitos más destacados en el devenir de la unidad, de la que destacó su consideración como la más antigua de Europa, aunque, al respecto, admitió sus dudas. Sus orígenes se remontan al Rey Fernando III El Santo combatiendo en 1248 en la conquista de Sevilla, cuando, a raíz de ver la osadía y bravura de sus mesnadas en la toma del castillo de Triana, ordenó constituir una unidad permanente. Esta sería la Banda de Castilla, considerada cuna del ejército español.

Por comparación, señaló el ponente las fechas de fundación, siempre posteriores, de unidades de otros países y puso el acento en las principales campañas en las que intervino el Regimiento a lo largo de su historia, tanto dentro de nuestras fronteras como en el exterior. Los cambios de denominación fue otro capítulo desmenuzado por Santos en su conferencia. Desde Coronelía Guardas del Rey en 1634, fundada por Felipe IV  «Levanto esta Coronelía para poner el freno a los enemigos de mi corona», hasta el actual de 1875, "Inmemorial del Rey" Nº 1 nombrado así por Carlos III. Y mencionó su fusión en 1985 con la Agrupación de Tropas del Cuartel General del Ejército, antiguo Batallón de Infantería del Ministerio del Ejército, ubicándose desde entonces en las instalaciones del Palacio de Buenavista. El actual Coronel Jefe del Regimiento, es el Coronel D. Enrique Domínguez Sánchez

Para concluir, el ponente dio un repaso a la actividad desarrollada por la hermandad en estos cinco años de andadura, indicando su presencia en actos institucionales, acompañando al Regimiento o participando en el XXIII Día del Veterano, que se llevó a cabo el pasado octubre en Zaragoza, contando con la asistencia de una treintena de miembros que desfilaron ante la catedral del Pilar perfectamente uniformados.

Tras los aplausos por la excelente disertación del ponente, se celebró un breve coloquio donde se debatieron algunos puntos imprecisos de la historia del Regimiento. Se despidió Santiago Santos agradeciendo a todos su presencia y lo propio hizo el coronel Aneiros, levantando seguidamente la sesión y dando por clausurada la entretenida y didáctica reunión.

Primitivo Fajardo (16-11-2022)

Hoy 21 de octubre 2022, he tenido la oportunidad de impartir esta conferencia en un "Centro de Mayores" y al parecer les ha gustado mucho; al salir me decián que las habia parecido muy interesante.

Creo que esta labor de divulgación de nuestra historia, alejada de todo matiz político, es algo que nos reconcilia y ayuda a respetarnos.





El pasado día 6 de octubre nuestro Presidente el General Juan Valentín-Gamazo, ha impartido una conferencia sobre los "Fuertes de Tarfaya y la presencia española en el Protectorado Sur",  en la Asociación Española de Amigos de los Castillos (Calle del Prado 26 bajo derecha).

Conferencias impartidas por nuestro vicepresidente Santiago Santos

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