EJÉRCITO Y EMPRESA
Aportaciones del ejército al mundo empresarial
En su enésima conferencia dedicada a resaltar la historia del Ejército y sus aportaciones a la propia historia de España, el vicepresidente de la Hermandad de Veteranos del Regimiento de Infantería «Inmemorial del Rey» nº 1, Santiago Santos Sánchez, tiró de experiencia profesional propia, de sus conocimientos como profesor y director de programas en la Escuela de Organización Industrial (EOI) y de su paso por el Instituto de Historia y Cultura Militar (IHCM).
Entre los asistentes a la entretenida charla se encontraban caras conocidas de la Hermandad de Veteranos, como el presidente Enrique Botella, Francisco Souto, Manuel Retama, Pedro Trevilla, Domingo Carnicero y Gerardo Hernández, que por la mañana estuvieron en la Plaza de Colón perfectamente uniformados para dar categoría a la ceremonia de izado de la bandera nacional, cuya rendición de honores correspondió en esta ocasión precisamente al Regimiento «Inmemorial del Rey» nº 1, de guarnición en el Cuartel General del Ejército.
Los militares y las grandes obras
Santiago Santos puso su acerado verbo y sus anchurosos conocimientos al servicio de los asistentes a la con- ferencia, que empezó con una frase de Alexander Herzen: «Sólo la naturaleza hace grandes obras sin esperar recompensa alguna», que Santos rectificó al alza y arrimando el ascua a su sardina: «Sólo la naturaleza… y los militares...», dijo. Y añadió que los militares tienen una peculiaridad: «no saben vender lo que hacen bien. Bastante ocupados están con lo que hacen como para encima tener que contarlo. Para eso ya estamos los demás».
Sobre fotos del acueducto de Segovia, una calzada y un puente romanos, preguntaba el ponente a la audiencia: «¿Es arriesgado pensar que han sido los militares los que hacían estas grandes obras?». «¿Cuánto tiempo tardaron en hacerlas, con qué medios?».
Al hablar de la formación se remontó al precedente de la enseñanza militar en España, el «contino» –continuador–, «segundones de las familias nobles que pasaban como donceles al servicio del rey». Alfonso XI de Castilla creó en 1340 la «Compañía de los Cien Donceles». Los Reyes Católicos llevaron a cabo una verdadera reorganización del ejército con las ordenanzas de 1503, de forma que el ejército pasó a ser dependiente del rey y no como hasta entonces que dependía de los señores feudales.
Antecedentes de las academias militares
La Academia del Ejército de los Países Bajos es el precedente de la Academia General Militar, a cuyo frente estuvo como primer director en 1675 Sebastián Fernández de Medrano. Alumno destacado de esta academia fue Jorge Próspero de Verboom, que fundó en 1711 el Real Cuerpo de Ingenieros, en el año 1720, creó la Real y Militar Academia de Matemáticas de Barcelona, uno de los centros docentes más importantes del panorama científico, técnico y militar. en una época en la que las cátedras de ciencias brillaban por su ausencia en las universidades.
Habló también de la Academia de Guardiamarinas de Cádiz, creada en 1717 por el Secretario de Estado de Marina José Patiño y Rosales, que se ocupó de la reconstrucción de la Flota de Indias. La Academia de Ma- temáticas de Madrid fue creada por Pedro Padilla en el cuartel del Conde Duque en 1750, y la dotó de una magnífica biblioteca y un observatorio astronómico.
El Real Colegio de Artillería de Segovia lo fundó en 1764 el militar, arquitecto y arqueólogo Félix Gazola. Está considera hoy como la academia militar en activo más antigua del mundo. Habló de Louis Proust, un químico que en el Colegio de Artillería dejó constancia de sus aciertos con una frase: «He conseguido, después de un duro trabajo, perseverancia y coraje, levantar el más maravilloso laboratorio conocido en cualquier parte de Europa». Otro personaje extraordinario del Real Colegio de Artillería fue Tomás Morla Pacheco, el número uno de la primera promoción de la academia. El irlandés Alejandro O’Reilly fundó en 1774 la Real Academia de Ávila «para perfeccionar la formación de los oficiales del Ejército». El coronel Mariano Gil de Bernabé estableció en Cádiz, en el 1809 la Academia Militar del Cuarto Ejército.
En 1910, Joaquín Blake y Joyes creó el Cuerpo de Estado Mayor y el «Depósito de la Guerra» para recopilar y conservar documentación histórica y topográfica, el precedente del Instituto de Historia y Cultura Militar, y en el año 1842 la Escuela Especial de Estado Mayor. «Esto es el doctorado del Ejército», dijo Santos. Es en el 1837 cuando se organizó la Escuela de Administración Militar, que en 1875 se trasladó a Ávila y en 1911 creó la intendencia e intervención.
En 1824 se creó el Colegio General Militar, dividido en secciones: Infantería, Caballería, Artillería e Ingenieros, cuyo director fue el teniente general Francisco Javier Venegas. Y en 1842, el Colegio General de todas las Armas, siendo su director el conde de Clonard.
El año 1850 se creó el Colegio de Infantería de Toledo, transformado en 1875 en la Academia de Infantería, que tras sucesivas reformas y cambios de nomenclatura acabó recuperando en 1944 su nombre original. En 1852 se fundó el Colegio Militar de Caballería en Alcalá de Henares, a propuesta del teniente general Ricardo Shelly Comenfoso, que después cambiaría su sede a Valladolid con el título de Academia de Caballería.
Por real decreto de 28 de julio de 1943 se creó la Academia General del Aire, con la misión formar a los futuros oficiales profesionales del Ejército del Aire.
Santos señaló las escuelas clásicas de administración de empresas, desde la de Administración Científica de Taylor y Fayol en 1911 y 1916, a la de Dirección por Valores de Salvador García y Simón Dólar, de 1977, pasando por las de Relaciones Humanas de Elton Mayo y McGregor, de Teoría Motivacional de A. Maslow, de Dirección por Objetivos de P. Drucker, de Gestión Estratégica de Igor Ansoff y de Desarrollo Organizacional de Kurt Lewin y Edgar Schein.
¿Qué es la estrategia?
Entró el ponente la etimología del término estrategia, procedente de los términos griegos «stratos» (ejército) y «agein» (conductor), «el que conduce el ejército», que viene a significar el arte de dirigir las operaciones militares. Como uno de los grandes estrategas españoles, recordó al Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba, que revolucionó el arte de la guerra. De otro militar dio cuenta el vicepresidente: el pensador, periodista y escritor Francisco Villamartín, que en el año 1862 escribió el libro «Nociones del Arte Militar».
Basada en la estrategia militar, señaló el ponente la llegada de la gestión estratégica al mundo de la empresa en 1944: «Desarrollar la visión, la misión y los valores de la empresa, fijar los objetivos, diseñar los planes de acción adecuados, asignar los recursos necesarios, evaluar el desarrollo y ejecutar los ajustes precisos». Señaló Santos algunos tratados de estrategia empresarial editados el siglo pasado, los de autores como J. V. Neumann y O. Morgensterm, A. Chandler, I. Ansoff, el general Wood, M. Porter, H. Mintzberg, P. Drucker y K. Ohmae.
«¿Y en cuanto a recursos humanos, qué ha pasado con el ejército?», se preguntó Santos. Y resaltó la figura de Jaime de Guzmán-Dávalos, Marqués de la Mina, que en el año 1761 fundo el primer Montepío de España.
En 1585, Felipe II fundó en Madrid los colegios para huérfanos el de Nuestra Señora de Loreto, y diez años después el colegio de Santa Isabel», afirmó Santiago Santos. Felipe V también creó en 1711 en Zaragoza el real colegio de niñas huérfanas, y en 1713 el real refugio de Valencia. Otros colegios similares fueron fundados posteriormente.
Al hablar de algunos ingenieros y artilleros destaca- dos por sus aportaciones al sector industrial, se fijó en Jerónimo de Ayanz y Beaumont, pintor y músico, administrador general de las minas del reino. In- ventó un sistema de desagüe para elevar el agua de las minas al tiempo que las enfriaba haciéndolas pasar por hielo y registró la primera patente de una máquina de vapor moderna.
Agustín de Betancourt fue fundador en 1802 de la Escuela de Ingenieros de Caminos y su primer director. El político, académico, científico e ingeniero de minas Francisco de Luxán fue miembro fundador de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Natura- les, diputado en Cortes y ministro de Fomento y de Gobernación.
Francisco Elorza y Aguirre fue director de la fábrica de armas de Trubia, dotada de los mejores medios de producción de España. En 1844 comenzó a impartir clases teóricas y en 1850 inició su funcionamiento, siendo la primera escuela de formación profesional del mundo. Otro personaje desconocido es Isidro Cabanyes y Olcinellas, uno de los pioneros en el alumbrado eléctrico de Madrid, inventor del «motor aéreo solar».
Santos señaló que José Marvá y Mayer, fundó el Laboratorio de Ingenieros del Ejército en 1897, fue director de una sección del Instituto de Reformas Sociales y creador del Cuerpo de Inspección de Trabajo. Entre 1921 y 1934 fue el presidente del Instituto Nacional de Previsión.
Julio Cervera Baviera colaboró con Marconi en 1899 para resolver las dificultades de la telefonía sin hilos y obtuvo sus primeras patentes. En 1902 constituyó la Sociedad Anónima Española de Telegrafía y Telefonía sin Hilos, precedente de la Telefónica. Francisco García Oltra escribió en 1889 «Los progresos de la navegación aérea», diseñó el «dirigible-aeroplano» y publicó la «Teoría de la sustentación y propulsión de los aeroplanos», textos que se estudiaron en las academias de Saint Cyr y West Point.
Logística militar
Santos acometió la parte final de su disertación, relativa a la logística militar que, según él, es:
«El arte de avituallar, transportar y proporcionar vivaque a la tropa en campaña».
Con citas de grandes logísticos como Sun-Tzu, el barón Jomini, Eisenhower y W. Pagonis, despidió Santiago Santos su conferencia, haciendo alusión a un español, José Ignacio López de Arriortúa, «Súperlópez».
En resumen, Santiago Santos dio un repaso a lo que los militares han venido haciendo con discreción y eficacia desde tiempo inmemorial, lo que ha supuesto una gran contribución al desarrollo tecnológico, científico y cultural, no solo a la empresa, sino también a la sociedad en general.
Primitivo Fajardo (23-04-2023)